El DVH cumple una «función térmica», pues dificulta los intercambios térmicos entre dos ambientes que delimita, aislando del frío y del calor.
Esta reducción de los flujos de calor que proporciona DVH respecto de un acristalamiento simple es debida a la resistencia térmica del aire seco y en reposo encerrado en su cámara. El calor siempre tiende a pasar por conducción a través de los cristales desde la zona caliente a la zona fría. En invierno el calor está en el ambiente exterior y tiende a penetrar al interior del edificio; para eliminarlo hay que producir frigorías. El fenómeno de los flujos de calor descritos depende directamente del coeficiente K.